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#Inspiración
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Complejo Parroquial Madonna delle Grazie
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Las losas de gres porcelánico de la colección Marte de Casalgrande Padana fueron elegidas para el suelo del Complejo Parroquial de la Diócesis de Lodi en Dresano
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Un lenguaje silencioso, una lectura simbólica representativa de la armonía universal expresada a través de la definición volumétrica del espacio y la composición de las formas. En el proyecto de diseño del Complejo Parroquial de la Madonna delle Grazie de la Diócesis de Lodi, en Dresano, confiado a los arquitectos Vincenzo Corvino y Giovanni Multari, la característica central de toda la construcción es la perfección de las formas geométricas, un aspecto inmutable que esconde significados complejos
El diseño arquitectónico del complejo parroquial deriva de la composición de dos formas geométricas básicas: el círculo -el más puro de los elementos, que simboliza el espíritu y la naturaleza inmortal del alma, sobre el que se construye la propia iglesia- y el rectángulo de la base, que simboliza la definición, la delineación y la unión de los cuatro puntos cardinales, con un claustro central alrededor del cual se disponen los demás edificios parroquiales. El zócalo del conjunto, que abarca toda la parcela de construcción de este a oeste, está formado por un único nivel, con una estructura tejida de hormigón armado que permite filtrar la luz necesaria a los espacios interiores.
La iglesia se compone de dos cilindros concéntricos: un elemento interior, más bajo, donde se celebra la misa, con los bancos convergiendo hacia el presbiterio, y un elemento exterior, más alto, que permite la entrada de luz natural en la iglesia y forma un deambulatorio que rodea el lugar de culto y constituye el perímetro que cierra la construcción. Este último espacio acoge el coro, el tabernáculo, la pila bautismal y el confesionario.
La posición del coro, al final de la secuencia formada por el parvis-puerta-cámara-pasillo, añade otro elemento simbólico fundamental al foco central de la planta circular: la axialidad del espacio, que culmina con la gran estatua de la Crucifixión, esculpida por Nino Longobardi.
El carácter riguroso y sagrado del lugar se expresa también en la elección del pavimento: las baldosas de gres porcelánico de 60x120 cm y 30x60 cm de la colección Marte, en color Thassos y con acabado natural.