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Los blancos off-white son una tendencia total en la decoración de interiores con cerámica
El blanco en sus diferentes versiones impregna las texturas y diseños de las baldosas porcelánicas con un toque de sobriedad perfecto para los espacios contemporáneos
El blanco sigue siendo un ‘must’ en la decoración de interiores por su capacidad para aportar luminosidad, amplitud y sobriedad. Su sencillez es solo aparente, porque, en los últimos tiempos, este color puro ha evolucionado hacia un nuevo concepto que, en cerámica, abre todo un mundo de posibilidades. Combinado con grises y beiges, el blanco cobra una nueva dimensión y se convierte en off-white, o lo que es lo mismo: blanco no blanco o blancos en torno al blanco.
Suelos y paredes son el lienzo perfecto en el que off-white despliega todo su potencial para crear efectos elegantes, románticos, neutros… ya que permite mezclas muy personales y se adapta a cualquier estilo.
En este sentido, los pavimentos y revestimientos porcelánicos con acabado off-white de Gayafores son el aliado esencial para lograr un resultado tan neutro y sofisticado como se desee.
El no color en blanca armonía
El blanco se considera un ‘no color’ en la rueda de colores y su importancia en el diseño de interiores sigue in crescendo.
Se trata de un color que simboliza pureza, perfección, calma y comodidad. En decoración, el blanco contribuye a alejar las emociones turbulentas y negativas y genera sensación de orden y de claridad mental. Así, al utilizar baldosas blancas los interiores se llenan de frescura, amplitud y limpieza, con un sentido equilibrado. Lejos de resultar anodino, es siempre una apuesta segura para los profesionales del interiorismo.
Los pavimentos y revestimientos porcelánicos que incorporan pigmentos blancos son muy versátiles y ofrecen infinitas posibilidades para la decoración de interiores desde hace siglos. De hecho, los baños decorados con azulejos blancos son una tendencia imperante desde la época victoriana. También las baldosas blancas tipo brick se han utilizado desde siempre en las paredes de la cocina, sobre todo en la zona del fregadero y sobre encimeras y bancos de trabajo. Otro uso muy habitual a lo largo de la historia ha consistido en la combinación con negro.
Infinitas variaciones off-white
Existen infinidad de blancos. Algunos de los blancos más conocidos comúnmente son:
• Blanco puro o brillante, es decir, el blanco por excelencia.
• Blanco o natural o diamante, que es menos brillante que el anterior (hablamos de un blanco natural).
• Blanco marfil: con una ligera tendencia a tonalidades más amarillas. Es como un tono crema dentro de los blancos.
• Champagne: es un blanco que presenta ciertos matices dorados o rosados.
• Blanco hielo: Es un tono frío con sutiles destellos en azul y gris.
Todos ellos podrían englobarse dentro de la gama off-white.
Mármoles como fuente de inspiración
La decoración de interiores con baldosas porcelánicas en blanco permite proyectar ambientes relajados y elegantes. Si el objetivo es conseguir amplificar el espacio una excelente opción puede ser revestir suelos y paredes con piezas inspiradas en el mármol. Las vetas naturales y los acabados mates potencian el efecto de continuidad sin fin contribuyendo a lograr la sensación de amplitud buscada.
Junto con los satinados, también sobresalen los blancos que aportan volumen y luminosidad. Se trata de una propuesta que los interioristas valoran especialmente a la hora de generar espacios con personalidad, pero con suavidad y máxima naturalidad.
El blanco es un color atemporal que no tiene porqué resultar frío. Es más, los blancos densos aportan una discreta calidez en el hogar. En formato cuadrado o rectangular están especialmente indicados para vestir los suelos y paredes de las cocinas, pero también en estancias que requieren más intimidad y un plus de sobriedad, como los dormitorios. Un aspecto que también se puede conseguir con las maderas blancas, que dan sensación de resistencia, sencillez y sofisticación en una conjugación entre material y tono perfecta.
Gris, el nuevo blanco
Y, dentro de las posibilidades existentes, aparece sutilmente el gris, considerado en ocasiones como el ‘nuevo blanco’. Protagonista en piedras, maderas y mármoles cerámicos, este tipo de off-white representa un estilo con aires nórdicos. Matizando el blanco, con el gris podemos conseguir un lenguaje decorativo sencillo y esencial que conecta plenamente con la naturaleza.
Los tonos grises y blancos se mezclan para formar todo un must en decoración. Se trata de un off-white que, a pesar de ser un color frío, puede contribuir a generar espacios muy románticos y acogedores, combinándolo con madera y con algunos detalles en negro.
Clásico renovado
El blanco en cualquiera de sus vertientes también nos ayuda a lograr un estilo de clásico renovado. Y es que los blancos matizados son la base perfecta para recrear atmósferas elegantes y envolventes en nuestro hogar.
Y aquí la cerámica tiene un papel muy importante por su capacidad para reproducir cualquier tipo de material con diseños de lo más novedosos que reinventan los materiales que sirven de inspiración. Mármoles y piedras se presentan como superficies más heterogéneas y con gráficas muy cuidadas que reproducen superficies nítidas y sumamente realistas.