En el Hotel Baia Azzurra, nueve pérgolas Brera para vivir el lago en primera fila

A orillas del lago de Garda, el Hotel Baia Azzurra se alza en una posición privilegiada. Un sugestivo panorama para disfrutar desde la comodidad de refinados espacios gracias a la incorporación de las pérgolas Brera de Pratic

A orillas del lago de Garda, el hotel Baia Azzurra se encuentra en una posición privilegiada: frente a la playa y rodeado de vegetación. Un panorama sugerente del que disfrutar desde la comodidad de espacios refinados y recientemente reestructurados, que los propietarios deseaban proponer también al aire libre, a través de una terraza que reflejara la estética renovada del establecimiento.

Realizado por el distribuidor Prato Verde en colaboración con el estudio Design for Living, el proyecto exterior se centró en una solución elegante y funcional, encontrando en las pérgolas Brera de Pratic la respuesta idónea a las solicitudes de personalización y versatilidad expresadas por el hotel.

De hecho, son nueve los módulos de bioclimática que, unidos uno al otro, componen una pérgola domótica que se extiende por treinta y cuatro metros de longitud y sin solución de continuidad con la fachada. Aquí los huéspedes pueden sentarse para el desayuno o tomar una copa por la noche, gozando del contacto con el entorno natural y de una agradable protección contra el sol y las lluvias ligeras.

Las pérgolas Brera son el resultado de un proyecto que combina diseño y tecnología, permitiendo un uso ideal y sostenible de los espacios exteriores. Gracias a las láminas parasol retráctiles, que se deslizan hacia atrás hasta ocupar un espacio reducido, es posible abrir la cubierta también en el plano cenital, ofreciendo una visión completa del panorama y la posibilidad de disfrutar plenamente de la luz natural. Estas se pueden detener en cualquier posición intermedia para regular la circulación del aire y el sombreado, favorecidos también por las persianas verticales Raso integradas en el perfil del blindaje. Totalmente retráctiles, garantizan una estética esencial y una funcionalidad amplificada, creando una atmósfera confortable y contribuyendo a mantener una temperatura agradable por debajo de la pérgola.

Y la comodidad también está en la gestión automatizada, que permite recuperar fácilmente escenarios predeterminados con un solo toque en el mando a distancia y en los nueve módulos de Brera. La apertura y el cierre de las lamas y los toldos también se pueden ajustar en respuesta a las condiciones climáticas, como la presencia de viento o la radiación solar, gracias a los sensores meteorológicos integrados.

Para mantener la continuidad estilística con el hotel, los diseñadores también han optado por una paleta en monocromo, en tonos claros y luminosos. Un color blanco, realizado en el interior del sistema de pintura Pratic, que permite obtener colores siempre personalizados y de impacto casi nulo, utilizando pinturas certificadas por su resistencia a la salinidad, la humedad y los rayos UV.

La realización, de hecho, se pone en perfecta armonía con el ambiente también en sus soluciones estructurales: las majestuosas buganvillas centenarias, que embellecen el edificio, debían respetarse, secundando las irregularidades a lo largo de la fachada. Este último aspecto ha constituido un desafío, superado con flexibilidad por las bioclimáticas Brera. En estrecha colaboración con un ingeniero, se ha ideado una solución a medida: unos estribos, fijados a la fachada del edificio, sostienen una viga sobre la que se apoya la urdimbre de las pérgolas, preservando así la belleza de las plantas y adaptándose a la configuración única del establecimiento.

Un diálogo ideal entre diseño y naturaleza, que en el hotel Baia Azzurra se traduce en un auténtico bienestar para todos los huéspedes.