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El conjunto difícil
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El libro publicado por los libros del parque presenta releer de la subida de Robert Venturi expresó en maneras diferentes: escrito, con contribuciones diversas de los redactores, y visual, con una selección de proyectos del archivo del estudio.
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Kersten Geers, čevac de Jelena Pan, Andrea Zanderigo (eds), el conjunto difícil: Un libro de consulta en Robert Venturi, John Rauch y Denise Scott Brown, libros del parque, 2016, 216 páginas
Durante el año que ha dibujado recientemente a un cierre, varias iniciativas ocurrieron para celebrar el quincuagésimo aniversario de dos libros seminales, la arquitectura de la ciudad de Aldo Rossi, y complejidad y contradicción en arquitectura de Robert Venturi, ambos publicados en 1966. El aniversario coincidió con algunos ejemplos interesantes del análisis histórico, así como del editorial, realizado como parte de una nueva evaluación más amplia de estos trabajos dentro de un contexto contemporáneo. Prominentes entre éstos eran las iniciativas tomadas por el arquitecto belga Kersten Geers, que con Victoria Easton y Guido Tesio, examinó el trabajo de Rossi en una exposición mostrada en el instituto suizo en Milán el otoño pasado, mientras que traduce a la forma del libro – el conjunto difícil, libros del parque, 2016 – una nueva evaluación de la subida de Venturi, conducida así como el čevac de Jelena Pan y de Andrea Zanderigo. Esta nueva evaluación ha ocurrido en diversas formas: escrito, con diversas contribuciones de los redactores, y visual, presentando una selección de proyectos a partir entre de 1959 y de 1989 llevados del archivo del estudio de Venturi. Esta última sección es enriquecida más a fondo por el nuevo material iconográfico, 16 perspectivas del color dibujados por los estudiantes y una nueva descripción fotográfica de tres edificios, por Bas Princen.
El libro es la fruta de una construcción cuidadosa, sobre la base de un montaje de partes, con las nuevas perspectivas puestas en las franjas del libro. La imagen de la publicación, con Joris Kritis responsable del diseño gráfico y de las fotografías de Bas Princen mencionó ya, y los dibujos con los cuales los estudiantes reinterpretan los diseños de la práctica de Venturi, vuelven a proponer una lengua visual peculiar al laboratorio de la FORMA del grupo para la arquitectura como forma, EPFL/ENAC, usado ya en arquitectura sin el contenido (Bedford Press, 2015) destacando una continuidad teórica entre los dos textos.
El título enigmático el conjunto difícil refiere al capítulo 10 del libro de Venturi, “la obligación hacia el conjunto difícil”: un conjunto que se puede retirar, vía gestalt, según Venturi mismo, a la forma arquitectónica. Ésta es la llave a leer el libro entero, a través del cual extracto de Geers, de Pančevac y de Zanderigo del marco teórico del arquitecto americano 19" las observaciones” y hacer una selección de proyectos, traducida en edificios o de otra manera, que es representante de temas exquisitamente compositivos. La arquitectura de Venturi (y Rauch y Scott Brown) se asume “como modelo para una arquitectura universal que busque un contexto cultural sin realmente tener uno”: la forma y la composición son los únicos instrumentos para dar nuevo vigor al potencial de la “complejidad y de las contradicciones en arte y experiencia”, por lo tanto el gobierno del proceso de la formalización es la única oportunidad para el diseño que es hecho fragmentos que siempre hoy. Por lo tanto casi manual-como la utilidad del conjunto difícil: un repertorio de las soluciones para el diseño arquitectónico previsto como “estrategia radical de la supervivencia en un mundo sin contextos físicos o culturales establecidos.”
Para esta operación los redactores concentran en primer (pero no el primero) Venturi, ampliando la selección de proyectos en cuanto a ése incluido en la edición de la complejidad y la contradicción en la arquitectura (que paró obviamente en 1966), con una rotura temporal (1989) que coincidan áspero con la aparición del estudio de J.K. Rauch, y excluyen la producción sucesiva rica. Subrayan con énfasis la preocupación de eliminar los encrustations interpretativos de complejidad, desconectando el trabajo de interpretaciones subsiguientes y las afirmaciones, incluso por Venturi mismo (quién en 1977 en ocasión de la segunda edición, se había distanciado del texto): admisión de esta manera a reinventar a un arquitecto.
Una interpretación que podría abrir muchas discusiones. Robert Venturi concluyó el capítulo “un manifiesto apacible” que subrayaba que “una arquitectura basada en complejidad y la contradicción requiere un compromiso especial al conjunto: su valor real tiene que estar en su totalidad, o en sus implicaciones de la totalidad”, y éste debe también ir para el conjunto del desarrollo del arquitecto del diseño, de la teoría y de la construcción.