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#Inspiración
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El estudio Barbara Gollackner expone en la Semana del Diseño de Viena una vajilla fabricada con residuos de alimentos
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El estudio de diseño Barbara Gollackner ha presentado en la Semana del Diseño de Viena una colección de artículos para el hogar fabricados con residuos industriales y personales de alimentos.
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El diseñador vienés Gollackner se asoció con el chef y restaurador austriaco Martin Kilga para crear Wasteware, una gama de cuencos, platos y cubiertos hechos con restos de comida.
"La idea surgió porque leí que en Europa se desperdician 90 millones de toneladas de comida al año y, al mismo tiempo, se producen unos 30 millones de toneladas de residuos de vajilla de un solo uso", explica Gollackner a Dezeen.
"Así que pensé en 'conectar' estos dos temas e intentar fabricar nuevos materiales a partir de los residuos de comida", añadió.
Para crear las vajillas, el estudio reunió residuos alimentarios, como pieles de cerdo y pan viejo, procedentes de residuos personales e industriales.
Los residuos se secan o se cocinan, según el alimento, y se mezclan hasta formar una pasta suave que se une con el micelio. A veces se añade a la mezcla agua o alimentos adicionales, como más pan rallado.
La pasta se introduce en la impresora y, con la ayuda del chef y diseñador de alimentos Peter König, se imprime en 3D con formas sencillas.
Cucharillas de color berenjena, tazas de color verde musgo y cuencos de color beige forman parte de la colección minimalista resultante, que, según Gollackner, puede utilizarse una o varias veces.
"Los diseños tenían que tener formas supersencillas -estamos en mitad del proceso y aún estamos experimentando con la consistencia adecuada de la pasta de impresión-, los diseños no pueden tener formas supercomplicadas, no sería posible imprimirlos", explicó Gollackner.
Gollackner diseñó la colección para demostrar que hay alternativas a la hora de tirar los residuos de comida, que suelen depositarse en los vertederos.
"Por un lado, utilizamos los residuos que nosotros mismos producimos, y por otro, los residuos industriales de alimentos, como la piel de cerdo", dijo.
"La industria cárnica arroja en Austria enormes cantidades de piel de cerdo", continuó la diseñadora.