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#Libros blancos
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¿Es la inteligencia artificial el arquitecto del futuro?
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Una nueva generación de IA cada vez más sofisticada -como Midjourney- desvela nuevas posibilidades para el diseño: hemos intentado averiguar si sustituirán a los humanos y su trabajo, y cómo lo harán.
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A no ser que hayas abandonado por completo las redes sociales, seguro que has visto trabajar a Dall-E en las últimas semanas. Se trata de uno de los últimos y conocidos algoritmos de IA, desarrollado por el laboratorio de investigación OpenAI y capaz de producir imágenes a partir de nuestra entrada de texto. Aunque la versión original es de acceso limitado, su versión "mini" está disponible online, y es precisamente la que se utiliza para crear las imágenes más inverosímiles - "Spiderman al estilo de Picasso", "un vaquero en el espacio"- que están invadiendo tus feeds
Sin embargo, otros algoritmos -con un mecanismo similar- se están empleando de forma más razonada y menos caótica, apuntando a usos que en algunos casos van más allá de la mera experimentación o diversión. Es el caso, por ejemplo, de Midjourney, que -entre otros usos- está intrigando y fascinando rápidamente al mundo de la arquitectura. Este campo está prestando cada vez más atención a los posibles usos del aprendizaje profundo, como demuestra también la última monografía de Architectural Design, titulada Machine Hallucination, dedicada íntegramente a este tema.
"Midjourney es perfecto para crear evocaciones y fascinaciones arquitectónicas", explica a Domus Mario Coppola -arquitecto y fundador de Ecosistema Studio y también autor del proyecto Villa Postumana, expuesto en la última Bienal de Venecia-. "Hasta hace poco, la parte más difícil del proceso creativo y de diseño era precisamente el concepto. En cambio, a través de una serie de palabras clave -por ejemplo, "villa llena de vegetación"- Midjourney consigue presentar un abanico de alternativas, y luego puedes desarrollar tu propio proyecto a partir de una o varias de estas opciones. Por lo general, para obtener buenos resultados hay que pasar por varias iteraciones, incluso siete u ocho, pero al final lo que se obtiene es en algunos casos muy impresionante"
Viendo algunos de los resultados producidos a través de Midjourney -rastreables en Instagram a través del hashtag del mismo nombre- es fácil pensar que estamos ante experimentos artísticos algo alejados de proyectos arquitectónicos concretos. Sin embargo, las cosas no son del todo así: "En la mayoría de los casos, estos resultados deben considerarse como puntos de partida y sugerencias que el diseñador se esforzaría por conseguir sin una IA", explica Niccolò Casas, arquitecto e investigador de Bartlett UCL (University College of London) y autor de Plasticity. "Probablemente habría que contar con todo un estudio de colaboradores que seleccionara qué ideas conservar y cuáles descartar: la inteligencia artificial da así incluso a los microestudios la capacidad de crear catálogos enteros de situaciones arquitectónicas"
Sin embargo, como habrá notado cualquiera que haya intentado utilizar cualquier algoritmo "artístico", los resultados suelen tener una estética muy peculiar y homogénea entre ellos. ¿No se corre el riesgo de que el estilo se aplane de forma generalizada y sea la seña de identidad del algoritmo único? "Sí y no, porque en realidad es un problema que ya existía", explica Casas. "Entre los iniciados, en el momento en que vemos un diseño ya sabemos qué software se ha utilizado para realizarlo. Al principio pensaba que los comandos iniciales determinaban gran parte del resultado, en cambio son las iteraciones posteriores las que lo hacen. Esto permite tener un espectro diferenciado, pero es fundamental tener varias iteraciones del proceso."
"En la arquitectura orgánica no buscamos la autoría pura", continúa Mario Coppola. "Buscamos la hibridación, traer cosas desconocidas como la biología o el cuerpo humano a este nuevo mundo". En la búsqueda de la hibridación, la inteligencia artificial es realmente una herramienta innovadora que mezcla de forma natural lo que encuentra. Funciona un poco como las rocas sedimentarias: todo lo que encuentra pasa a formar parte de la estratificación"
"En la arquitectura orgánica, no buscamos la autoría pura", continúa Mario Coppola. "Pretendemos hibridar, traer cosas desconocidas como la biología o el cuerpo humano a este nuevo mundo. En la búsqueda de la hibridación, la inteligencia artificial es realmente una herramienta innovadora que mezcla de forma natural lo que encuentra. Funciona un poco como las rocas sedimentarias: todo lo que encuentra pasa a formar parte de la estratificación"
Es muy probable que esta limitación se supere con el tiempo, gracias en parte a los propios arquitectos que ayudan a entrenar a la máquina seleccionando los resultados que mejor se ajustan a sus necesidades. Por ahora, sin embargo, hay formas de sortear los obstáculos más evidentes: "Es difícil adaptar las cualidades de la IA a un solo caso arquitectónico concreto", continúa Casas. "La solución podría ser desglosar los distintos elementos, en lugar de trabajar sobre el resultado total"
Una situación de compromiso que también remite a otra consideración: aunque es inevitable que la automatización de varios procesos repercuta en el número de puestos de trabajo disponibles -también en este artículo se ha comparado el trabajo de la IA con el de un "equipo de asistentes"-, la sensación más fuerte es que la colaboración entre el ser humano y la inteligencia artificial es una de las que ambos pueden sacar lo mejor. ¿Una especie de fusión? "Es algo que personalmente siento mucho", confirma Coppola. "Sigo necesitando un cuaderno de bocetos, pero ahora me doy cuenta de que siento la necesidad de ver cómo toma forma el modelo 3D"
La relación entre el arquitecto -o, en general, el creativo- y la inteligencia artificial no es pacífica de todos modos: "Estamos tan emocionados como aterrados", concluye Casas. "El papel del arquitecto y del diseñador, al fin y al cabo, es mostrar algo que antes no existía. Luego son los ingenieros y topógrafos los que se encargan de materializar esa intuición. Está claro que la inteligencia artificial trabaja precisamente en esta parte: en la intuición y la visualización. Esto no quiere decir que en el futuro no haya más trabajo para nosotros, sino que seguramente cambiará de forma drástica.

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