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Investigadores suizos han desarrollado un aislante para edificios que almacena carbono, fabricado con materiales vegetales

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Un equipo suizo de investigación del Laboratorio de Materiales y Componentes Energéticos para la Construcción de Empa explora las posibilidades de utilizar materias primas de origen vegetal como aislantes para edificios.

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Dirigido por el científico Dr. Jannis Wernery e investigadores de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zúrich, el proyecto se basa en la fijación a largo plazo del dióxido de carbono en materiales aislantes, preferentemente productos residuales de la agricultura y la silvicultura. Este método pretende combatir las emisiones de gases de efecto invernadero incorporadas a los edificios mediante la eliminación de carbono de la atmósfera. El carbono almacenado en la biomasa puede fijarse de forma permanente mediante un tratamiento térmico.

El material resultante, conocido como biocarbón, puede almacenar dióxido de carbono durante toda la vida útil de un edificio y volver a utilizarse tras su deconstrucción, informa Rémy Nideröst, de Empa. Sin embargo, explica el Dr. Wernery, "aún queda mucho por hacer antes de que la idea pueda ponerse en práctica"

Los investigadores deben asegurarse de que los nuevos materiales aislantes puedan utilizarse como abono tras su uso en edificios. El biocarbón puede utilizarse para aumentar la fertilidad del suelo. Además, los materiales deben estar a la altura de los productos ya establecidos en cuanto a aislamiento térmico y garantizar una protección adecuada contra incendios.

Como señala Empa, un análisis inicial del aislamiento a base de biocarbón ha revelado que podría ahorrar aproximadamente medio millón de toneladas equivalentes de dióxido de carbono al año al reducir las emisiones de la producción de materiales convencionales, como el EPS o la lana mineral, y mediante el almacenamiento a largo plazo de dióxido de carbono en el biocarbón. La investigación del equipo ha obtenido el apoyo de varias instituciones de financiación, como la Fundación Minerva, el Consejo de la ETH y la Oficina Federal de Energía de Suiza.