Reinventar las jardineras en el diseño urbano

Formas clásicas, colores vivos, nuevas posibilidades

En el corazón de Mössingen, algo sorprendente ha transformado el paisaje urbano. Las enormes jardineras de polietileno (Gianto Classic de Terra Group), de formas clásicas y atemporales, destacan ahora de forma inesperada, envueltas en colores vivos y llamativos que exigen atención.

Los espacios urbanos a menudo se enfrentan a la monotonía del hormigón. Predominan las superficies duras, que dejan poco espacio a la naturaleza. Pero, ¿y si la vegetación pudiera florecer en cualquier lugar? ¿Y si el color pudiera redefinir la sensación de ciudad? Mössingen (DE) ha adoptado esta visión, demostrando que incluso en los entornos urbanos más rígidos, el diseño y la naturaleza pueden coexistir maravillosamente.

El poder del color en los espacios públicos

El color es algo más que estética: influye en la percepción, la emoción y la experiencia. Estas jardineras de gran tamaño no son meros contenedores de plantas, sino catalizadores de energía y compromiso. La elección de colores de Mössingen fue intencionada, cada tono seleccionado por su impacto psicológico y visual:

- Amarillo: el color del optimismo y la calidez. Levanta el ánimo, da energía a los espacios y crea una atmósfera acogedora.

- Rojo: una declaración audaz y dinámica. El rojo atrae la atención, evoca emoción e inyecta una sensación de movimiento en el paisaje urbano.

- Verde - Una conexión natural. El verde simboliza tranquilidad, equilibrio y bienestar, y refuerza la presencia de la naturaleza en un entorno urbano.

Diseño urbano con propósito

Estas jardineras de gran tamaño son más que elementos decorativos. Proporcionan una solución funcional allí donde los espacios verdes tradicionales son imposibles. Al integrar la vegetación en lugares inesperados, Mössingen se replantea el espacio público, creando momentos de pausa, estallidos de vitalidad y una conexión renovada entre las personas y su entorno.

Una idea sencilla, ejecutada a gran escala. La transformación de Mössingen demuestra que el diseño urbano no es sólo una cuestión de funcionalidad, sino de experiencia.